29 de mayo de 2012

Proceso de creación

Medicina medieval tradicional

Hablaríamos pues de una medicina popular, asentada en viejos saberes y conocimientos procedentes de remedios naturales como las plantas pero también en suposiciones mágicas; y aquellas nociones sistemáticas practicadas y estudiadas primero por los monjes y después en las universidades.
Proveniente de tiempos anteriores, en el Medievo encontramos la otra medicina, la popular, a la que corresponden "enfermedades" derivadas de las supersticiones y tradiciones amasadas durante años y que iban pasando de país en país, de generación en generación.
Enfermos de peste negra
A estos males se le asignaba todo tipo de síntomas, desde los más leves - como por ejemplo los estornudos, o el periodo de las mujeres- hasta otros mucho más graves que podían terminar incluso con la muerte o dejar marcada a una persona de por vida - así nos referimos a las deformaciones físicas con las que podían nacer los niños- .
Por tanto la importancia que le otorgaban era de primer orden, siendo necesaria su radical extinción: eran los conocidos embrujamientos, castigos divinos, males de ojo o posesiones, enfermedades que ciertamente han sido registradas en la bibliografía como por ejemplo la contraída por ciertas mujeres que las llevaba a convertirse en brujas, mujeres mayores solas que respondían a las descripciones de encorvadas, verrugosas y locas. Hoy podríamos decir que no son más que los achaques propios de la edad pero en la Edad Media estas mujeres suponían una amenaza para la sociedad.
De esta primera clasificación, no podemos olvidar la cara tremendamente positiva que posee: la noción que las personas poseían sobre las plantas y sus beneficios, perfeccionada gracias a la observación del entorno así como al análisis de las efectos de su consumo, que ya en tiempos de la prehistoria eran desarrollados.

¿YIN Y YANG?

El yin y yang es un concepto surgido de la filosofía oriental fundamentado en la dualidad de todo lo existente en el universo. Describe las dos fuerzas fundamentales, opuestas pero complementarias, que se encuentran en todas las cosas.
Según esta idea, cada ser, objeto o pensamiento posee un complemento del que depende para su existencia y que a su vez existe dentro de él mismo. De ésto se deduce que nada existe en estado puro ni tampoco en absoluta quietud, sino en una continua transformación. Además, cualquier idea puede ser vista como su contraria si se la mira desde otro punto de vista. En este sentido, la categorización sólo lo sería por conveniencia. Estas dos fuerzas, yin y yang, serían la fase siguiente después del taiji o Tao, principio generador de todas las cosas, del cual surgen.


Principios del Yin y el Yang

1. El yin y el yang son opuestos.
Todo tiene su opuesto, aunque éste no es absoluto sino relativo, ya que nada es completamente yin ni completamente yang. Por ejemplo, el invierno se opone al verano, aunque un día de verano puede hacer frío y viceversa.

2. El yin y el yang son interdependientes.
No pueden existir el uno sin el otro. Por ejemplo, el día no puede existir sin la noche.


3. El yin y el yang pueden subdividirse a su vez en yin y yang.
Todo aspecto yin o yang puede subdividirse a su vez en yin y yang indefinidamente. Por ejemplo, un objeto puede estar caliente o frío, pero a su vez lo caliente puede estar ardiente o templado y lo frío, fresco o helado.


4. El yin y el yang se consumen y generan mutuamente.
El yin y el yang forman un equilibrio dinámico: cuando uno aumenta, el otro disminuye. El desequilibrio no es sino algo circunstancial, ya que cuando uno crece en exceso fuerza al otro a concentrarse, lo que a la larga provoca una nueva transformación. Por ejemplo, el exceso de vapor en las nubes (yin) provoca la lluvia (yang).


5. El yin y el yang pueden transformarse en sus opuestos.
La noche se transforma en día, lo cálido en frío, la vida en muerte. Sin embargo, esta transformación es relativa también. Por ejemplo, la noche se transforma en día, pero a su vez coexisten en lados opuestos de la tierra.


6. En el yin hay yang y en el yang hay yin.
Siempre hay un resto de cada uno de ellos en el otro, lo que conlleva que el absoluto se transforme en su contrario. Por ejemplo, una semilla enterrada soporta el invierno y renace en primavera.


Representación gráfica
Gráficamente, el concepto se suele representar mediante un símbolo denominado taijitu, "diagrama del taiji", que no siempre se ha dibujado de la misma manera. En su forma actual más conocida, la parte oscura, normalmente negra, representa el yin y la parte clara, normalmente blanca, el yang. Estas dos partes entrelazadas se denominan en chino peces (魚, 鱼, yú). La línea que las separa no es recta, sino sinuosa, representando el equilibrio dinámico entre los dos conceptos y su continua transformación. Los puntos de distinto color simbolizan la presencia de cada uno de los dos conceptos dentro del otro.En la bandera de Corea del Sur se pueden ver cuatro de los ocho trigramas y una representación simplificada del taijitu en rojo y azul.
Otra manera de representar el yin y yang es con un línea continua (yang) y una partida (yin). Al repetir estas líneas tendríamos cuatro estados (del yin absoluto al yang absoluto pasando por sendos estados intermedios). Si utilizamos tres líneas, obtenemos ocho combinaciones, conocidas como "los ocho trigramas" (八卦, bāguā), de los que surgen los 64 hexagramas del I Ching.


Los trigramas

Tres líneas trazadas sobre papel constituyen un trigrama. El trigrama tiene asociados toda una variedad de significados, en la tabla se resumen los significados de los ocho que aparecen en el taijitu .
Nombre Cualidad Imagen Familia

☰ Ch'ien Lo Creativo fuerte Cielo Padre

☷ Kun Lo Receptivo abnegado Tierra Madre

☳ Chen Lo Suscitativo movilizante Trueno Primer hijo

☵ Kan Lo Abismal peligroso Agua hijo

☶ Ken El Aquietamiento quieto Montaña Tercer hijo

☴ Sun Lo Suave penetrante Viento,Madera Primera hija

☲ Li Lo Adherente luminoso Fuego Segunda hija

☱ Tui Lo Sereno regocijante Lago Tercera hija